No estoy seguro de quién escribió esta cita, pero es una de mis favoritas:
Evita que mi ira se convierta en mezquindad. Evita que mi tristeza se derrumbe en autocompasión. Mantén mi corazón lo suficientemente suave como para seguir rompiéndose. Mantén mi ira dirigida hacia la justicia, no hacia la crueldad. Recuérdame que todo esto, cada pedacito de ello, es por amor. Mantenme ferozmente amable con todos los que conozco.