La variante ómicron

Ómicron tiene un número inusualmente alto de mutaciones. Hay más de 50 en total y alrededor de 35 en la proteína de pico, que es una parte crítica del virus.

El Dr. David Beckham es virólogo y especialista en enfermedades infecciosas. Realiza investigaciones en el Hospital de la Universidad de Colorado y tiene un laboratorio en el Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado. En este momento, él y sus colegas están investigando los trucos que usan las variantes para copiar y propagarse.

"La proteína de pico es importante tanto para la capacidad del virus de propagarse como para la capacidad de nuestro cuerpo para combatir el virus", dijo Beckham. "Hay una mutación en la proteína de la espícula que prepara al virus para causar infecciones más fácilmente. La variante delta tiene una mutación en esta región y ómicron tiene tres mutaciones".

Según los CDC, la variante ómicron se propaga más fácilmente que el virus original que causa el COVID-19 y la variante delta. Los CDC esperan que cualquier persona con infección por ómicron pueda transmitir el virus a otras personas, incluso si están vacunadas o no tienen síntomas.

Sin embargo, un informe de los CDC publicado en enero de 2022 dice que los ingresos y las muertes en la UCI han sido "más bajos que durante los picos pandémicos anteriores", a pesar de que ómicron ha causado un número récord de casos.

A mediados de marzo de 2022, alrededor de 1,000 estadounidenses morían cada día de COVID-19, según el Rastreador de datos de COVID de los CDC.

Aunque esa cifra es mucho más baja que la cifra diaria de muertes de unas 2,300 a principios de año, los investigadores se preguntan por qué tantos estadounidenses siguen muriendo de ómicron a pesar de que el 60% de la población está completamente vacunada.

Un análisis de los CDC encontró que los estadounidenses no vacunados, la mayoría de ellos de entre 30 y 40 años sin afecciones subyacentes, representaron al menos el 75% de las muertes. Los CDC encontraron que las personas no vacunadas tenían 20 veces más probabilidades de morir por el virus que las personas completamente vacunadas.

Los primeros informes de Sudáfrica, uno de los primeros países afectados por ómicron, mostraron que la mayoría de los casos tenían síntomas leves como dolor de garganta y congestión de las vías respiratorias superiores, y a menudo con fatiga severa (sensación de mucho cansancio).

A diferencia de las variantes anteriores, ómicron no pareció causar pérdida del gusto ni del olfato.

Según los CDC, muchos factores pueden marcar la diferencia en la gravedad de los síntomas de ómicron y en si se presentan. Estos factores incluyen el estado de vacunación, haber tenido una infección antes, la edad y otras condiciones de salud.

Vacunarse completamente y mantenerse al día con las dosis de refuerzo contra el COVID-19 ofrece el mayor grado de protección contra la infección por ómicron.

Debido al alto número de mutaciones de ómicron, puede ser más resistente que las variantes anteriores a los anticuerpos creados por las vacunas.

En diciembre de 2021, los primeros datos de Sudáfrica mostraron que la vacuna de Pfizer de dos dosis solo tenía una eficacia del 33% para prevenir la infección, pero tenía una eficacia del 70% para prevenir la hospitalización.

En enero de 2022, los CDC informaron que una dosis de "refuerzo" de la vacuna de Pfizer era "altamente efectiva" para restaurar parte de la protección perdida y reducir las posibilidades de visitas a centros de atención de urgencia y hospitalización.

La agencia advirtió que es probable que las infecciones postvacunación ocurran en las personas vacunadas. Pero también informó que algunos, pero no todos, los tratamientos con anticuerpos monoclonales son efectivos contra ómicron.

En diciembre de 2021, los investigadores descubrieron que la variante ómicron original se había dividido en dos subvariantes: BA.1 y BA.2.

Las dos subvariantes surgieron casi al mismo tiempo y provienen de la misma cepa ancestral. Tienen muchas mutaciones en común, pero alrededor de 20 mutaciones difieren entre las dos subvariantes. Las diferencias entre las subvariantes se pueden ver en la proteína de pico del virus.

Algunos investigadores comenzaron a llamar a BA.2 una variante "sigilosa" porque creían que podría ser más difícil de rastrear que la variante ómicron original.

Entre el 30 de enero y el 5 de febrero, los casos de BA.2 solo representaron alrededor del 1% de los nuevos casos de coronavirus en Estados Unidos. Pero los casos de BA.2 aumentaron a alrededor del 7% a fines de febrero y luego se duplicaron a alrededor del 14% en la primera semana de marzo.

A mediados de marzo de 2022, los CDC estimaron que la BA.2 causaba el 23,1% de todos los casos en Estados Unidos, mientras que la BA.1 causaba el 10,8% de los casos. Otra subvariante (BA.1.1) fue la causa del 66,1% restante de los casos.

Según la OMS, la BA.2 es aproximadamente un 30% más infecciosa que la BA.1.

Tiene una secuencia genética distinta, que incluye algunas diferencias de aminoácidos en la proteína de pico y otras proteínas que pueden hacerla más transmisible que la ómicron original.

Algunos datos muestran que la BA.2 puede ser más propensa que la BA.1 a propagarse entre personas que viven en el mismo hogar.

El aumento de la transmisibilidad de la BA.2 es la razón por la que es capaz de superar y sustituir a la BA.1, no porque pueda evitar las defensas inmunitarias del organismo. La BA.2 es solo ligeramente mejor que la BA.1 para mantenerse alejado de los anticuerpos creados por las vacunas, la infección natural o ambas.

Las pruebas son contradictorias. Algunas investigaciones muestran que no se asocia con un mayor riesgo de enfermedad grave u hospitalización en comparación con BA.1.

Por ejemplo, la OMS analizó datos clínicos de países con altas tasas de inmunidad por vacunación o infección natural, como Sudáfrica, el Reino Unido y Dinamarca. Los datos no muestran diferencias significativas en la gravedad de la enfermedad causada por las 2 subvariantes.

Existe evidencia de que una infección anterior con BA.1 brinda una "fuerte protección" contra la reinfección con BA.2, al menos a corto plazo, según la OMS. Esa es una buena noticia para los millones de personas en todo el mundo que se infectaron durante la primera oleada de ómicron entre noviembre de 2021 y febrero de 2022.

Sin embargo, las investigaciones muestran que las personas sin inmunidad al SARS-CoV-2 pueden tener un mayor riesgo de enfermedad grave. En Japón, los estudios en animales muestran que la BA.2 es más propensa que la BA.1 a infectar y dañar las células profundas de los pulmones.

Hong Kong puede ser un ejemplo de libro de texto de lo que puede suceder en países con bajas tasas de vacunación, especialmente entre los residentes mayores, donde la cuarentena estricta y otras medidas han mantenido los casos de COVID-19 extremadamente bajos.

Después de dos años de políticas de "tolerancia cero" contra el COVID-19, Hong Kong se vio repentinamente abrumado por la variante ómicron BA.2. A mediados de marzo de 2022, el territorio chino, con una población de 7,5 millones de habitantes, había registrado más de 700.000 casos y más de 4.000 muertes. El brote le dio a Hong Kong el desafortunado récord de tener la tasa de mortalidad por COVID-19 más alta del mundo.

Después de semanas de que las cifras de coronavirus disminuyeran, muchos países europeos también experimentaron un aumento en los casos de BA.2 y las hospitalizaciones. En solo una semana, el Reino Unido, altamente vacunado, experimentó un aumento del 48% en los casos y un aumento del 17% en las hospitalizaciones.

Durante brotes anteriores, las hospitalizaciones quedaron rezagadas con respecto a los casos en el Reino Unido. Ahora parecen estar aumentando juntos, lo que no había sucedido antes.

En una entrevista con CNN, el Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, dijo que es probable que este doble golpe sea causado por tres factores:

• La propia variante BA.2, que es más transmisible que la ómicron original.
• La apertura de la sociedad, con las personas pasando más tiempo juntas en interiores sin usar mascarillas.
• Disminución de la inmunidad por la vacunación o por haberse infectado antes.

Nadie espera que la BA.2 afecte a Estados Unidos tan drásticamente como lo ha hecho con Hong Kong. Pero algunos expertos creen que un aumento "sigiloso" de la variante podría ocurrir en Estados Unidos, como ya ha comenzado a suceder en Europa.

A mediados de marzo de 2022, BA.2 era la causa del 68,6% de los casos en el Reino Unido y de más del 50% de los casos en varios otros países europeos. Los casos diarios aumentan en más de la mitad de los países de la Unión Europea.

Algunos expertos creen que una tasa del 50% puede verse como un "punto de inflexión". Un punto de inflexión es la tasa en la que una subvariante (como BA.2) comienza a causar una enfermedad más grave y generalizada.

Hasta 28 millones de adultos mayores estadounidenses corren un alto riesgo de enfermarse gravemente por COVID-19. Esto se debe a que no están vacunados o están parcialmente vacunados, o a que han pasado al menos cinco meses desde que recibieron su segunda vacuna o dosis de refuerzo.

Más de dos años después del inicio de la pandemia, se estima que 1/3 de los estadounidenses de 65 años o más aún no han recibido la dosis de refuerzo recomendada. Eso significa que aproximadamente 15 millones de adultos mayores han decidido no recibir la protección adicional que podría salvarles la vida.

La eficacia de las vacunas de dos dosis disminuye rápidamente con el tiempo. Si han pasado al menos seis meses desde la segunda dosis, las vacunas solo tienen una eficacia del 10% contra la infección por ómicron, del 35% contra la hospitalización y del 70% contra la muerte, según la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido.

Una vacuna de refuerzo restaura la protección contra la enfermedad sintomática de ambas variantes, al 69% para BA.1 y al 74% para BA.2.

Pero la cantidad de protección que brinda el refuerzo también disminuye con el tiempo. Después de cuatro a seis meses, entre todos los adultos, los refuerzos solo protegen entre un 40 y un 50 por ciento contra las infecciones por ómicron, y entre un 75 y un 85 por ciento contra las hospitalizaciones.

Los datos de los CDC muestran que la efectividad de la vacuna contra las visitas a la sala de emergencias o a la atención de urgencia disminuye del 78 % justo después de recibir una vacuna de refuerzo al 66 % después de 4 a 5 meses.

No está claro cuánto tiempo las infecciones naturales por COVID-19 (como las causadas por BA.1) protegen contra BA.2.

Las compañías farmacéuticas esperan algún día fabricar una vacuna que sea efectiva contra todas las variantes preocupantes, incluida la ómicron, que se administraría una vez al año.

Mientras tanto, el virus SARS-CoV2 sigue haciendo lo que mejor sabe hacer: mutar y evolucionar. En varios países de Europa se ha encontrado una nueva variante que combina partes de las variantes delta y ómicron. Llamado "deltacron", aún no ha infectado a suficientes personas como para ser designado como una variante de preocupación.