Injerto óseo
El injerto óseo es un procedimiento quirúrgico seguro para reparar huesos dañados en casi cualquier parte del cuerpo. En un injerto óseo, el cirujano ortopédico trasplanta un trozo de hueso de las caderas, las piernas o las costillas, o de un donante o cadáver, a la zona donde el hueso dañado necesita sanar, para que se fusione con el resto de ese hueso.


Cuando se requieren injertos óseos
El injerto óseo promueve la cicatrización y el crecimiento óseo para una variedad de afecciones, que incluyen:
- Una nueva fractura ósea que dañó el hueso lo suficientemente grave como para que su proveedor de atención médica piense que es necesario un injerto para sanar por completo.
- Una fractura antigua que no se ha curado bien y que no se ha tratado ya con un injerto.
- Enfermedades de los huesos, como la osteonecrosis o el cáncer.
- Cirugía de fusión espinal.
- Dispositivos implantados quirúrgicamente para promover el crecimiento óseo alrededor de la estructura, como un reemplazo total de rodilla.

Procedimientos de injerto óseo
Como parte de su plan personalizado, su cirujano ortopédico le ayudará a decidir si desea utilizar un hueso de un donante o un hueso de otra parte del cuerpo. Usar su propio hueso significa que se someterá a una cirugía en esa parte de su cuerpo, así como en el hueso que se está tratando. El hueso donado tiene algunos riesgos pequeños, que su cirujano discutirá con usted.
Los procedimientos de injerto óseo son cirugía abierta, por lo que se le administrará anestesia general para el procedimiento. Según el procedimiento y la afección, es posible que puedas regresar a casa el mismo día. Usted sabrá qué esperar después de su cirugía para ayudar a que su injerto óseo sane, lo que puede incluir:
- Dieta. Una dieta alta en calcio y vitamina D ayudará a que los huesos sanen.
- Inmovilidad. Es posible que necesite una férula o un aparato ortopédico, y deberá evitar poner peso sobre ese hueso durante un tiempo. Su plan también incluirá instrucciones sobre cómo mover esa área cuando sea necesario.
- Citas de seguimiento. Es posible que su proveedor de atención médica le tome una serie de radiografías para ver qué tan bien sane su hueso.
- Medicamentos. Le recetarán analgésicos para ayudar a aliviar el dolor y es posible que deba tomar anticoagulantes para prevenir la formación de coágulos sanguíneos.
- Prohibido fumar. Dejar de fumar ayuda al crecimiento y la curación de los huesos.
- Fisioterapia. Ayuda a restaurar la fuerza y la flexibilidad de los músculos de esa zona.
Si sigue su plan de tratamiento cuidadosamente, tendrá la mejor oportunidad de tener tejido óseo sano y una recuperación completa en el lugar del hueso trasplantado. El tiempo de curación depende del tipo de injerto óseo: un procedimiento menor puede tardar unas semanas, mientras que un injerto mayor puede tardar de seis meses a un año en sanar por completo.
Referencias
Centro Nacional de Información Biotecnológica (NCBI): Biblioteca Nacional de Medicina. Injertos óseos, sustitutos óseos y productos ortobiológicos: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3562252/
MedlinePlus: Biblioteca Nacional de Medicina. Injertos óseos – https://medlineplus.gov/bonegrafts.html